Si tuviésemos que definir al Reino de Dios tal como lo predicó Jesús con su vida en una palabra, creo que esa palabra sería inclusión. Todo aquello que expulse a los hombres a los márgenes de la sociedad no es querido por Dios.
Adolfo Pérez Esquivel es un hombre que ha entregado su vida a las causas de los hombres de la Patria Grande Latinoamericana, ofreciendo el corazón y poniendo el cuerpo a las luchas de los pobres, de los negros, de los indígenas, de las madres, de los campesinos… de las víctimas.
“Tratamos de servir donde haga falta”, dijo con sencillez ante la pregunta por su trabajo en el Servicio Paz y Justicia. ¡Cuanta fuerza y cuanta belleza refleja una vida entregada!
Como militante de la inclusión, es un militante del Reino: “Mi compromiso parte de la fe… ser cristianos significa un compromiso con la vida”. Dios nos conceda la gracia de que el testimonio de Adolfo nos aliente a ser más fieles a las huellas de Jesús de Nazaret.
Escuchemos algunas palabras de su paso por el Sanfra:
- “Nosotros apostamos a la esperanza. El momento más oscuro es antes de amanecer… la vida hay que vivirla con intensidad y con esperanza”.
-“Podemos formar buenos profesionales, pero con mente de esclavos. Debemos educar para la libertad; con conciencia crítica, valores y resistencia cultural”.
- “Todos debemos ser rebeldes, de modo profundo y constructivo… si no tenemos indignación ante las injusticias, no podemos cambiar nada. Lo importante es no hacer las cosas solos”.
Nos compartió así su vida de permanente militancia y construcción de una sociedad más justa, más fraterna, al modo de Jesús; y lo hizo de manera llana, con alegría, sin aires lacrimógenos, aún cuando nos relató los tiempos más oscuros. Tanto que al final nos invitó: “Yo les pido una cosa… no dejen de sonreírle a la vida”
Adolfo es testigo de aquella evangélica y poética afirmación del jesuita francés Joseph Moingt: “El camino que conduce hacia Dios no es ya el que va de la tierra al cielo pasando por el templo, sino el camino que Jesús ha tomado para llegar a los vencidos de la historia”. Que así sea también para nosotros.
Gerardo Bassi (Encargado de curso de 5° año)
